Por: Mauricio Muñoz Díaz
Segun Wikipedia, el Síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador. En ocasiones, los prisioneros pueden acabar ayudando a los captores a alcanzar sus fines o evadir a la policía.
Debe su nombre a un hecho curioso sucedido en la ciudad de Estocolmo, Suecia. En 1973 se produjo un robo en el banco Kreditbanken de la mencionada ciudad sueca. Los delincuentes debieron mantener como rehenes a los ocupantes de la institución durante 6 días. Al entregarse los captores, las cámaras periodísticas captaron el momento en que una de las víctimas besaba a uno de los captores. Y, además, los secuestrados defendieron a los delincuentes y se negaron a colaborar en el proceso legal posterior.
Este síndrome, entonces es posible de relacionar con la desorganización psicológica que aqueja en estos momentos y en estos tiempos al gobierno de Michelle Bachelet. Ellos, después de haber sido perseguidos, desplazados, discriminados, hecho prisioneros e incluso muchos de ellos torturados por la dictadura de Pinochet, hoy sucumben al poder y caen en la misma falacia por la que tanto ellos lucharon por combatir.
El gobierno de Bachelet no es otra cosa que la continuidad de la administración del modelo político, económico y social neoliberal que se impuso a sangre y fuego en Chile desde el golpe de estado de 1973.
Por eso no seria raro que hoy la Presidenta Bachelet y sus mas cercanos colaboradores, como el subsecretario Felipe Harboe, sufran cierta desorganización psicológica, que se podría relacionar con el síndrome de Estocolmo, esto no solo por aplicar mano dura, represión y violencia de estado a Mapuches individuales y comunidades que luchan por sus derechos y por no ser arrollados por el sistema injusto al que nos mantienen sometidos, sino, además aplican esos mismas herramientas de represión a los partidarios y simpatizantes de la causa Mapuche en manifestaciones pacificas llevadas a cabo en diferentes ciudades, desde Arica a Puerto Montt.
Basta mirar un poco y con algo de honestidad para descubrir que las motivaciones ideológicas que alguna vez tuvo la Concertación ya no existen.
En una sociedad como la chilena que parece ser laboratorio del Neoliberalismo, la única solución que las “brillantes” mentes neoliberales proponen es aumentar la represión y criminalizar las protestas, si eso no es desorganización, caos, ¿de qué estamos hablando?
Estos hechos sin duda que nos recuerdan el periodo mas duro de la dictadura solo que, nuestra presidenta durante su campaña hablaba de escuchar, dialogar y apoyar a las organizaciones sociales.
Sin duda que la metodología de la dictadura se quedó en la memoria y el accionar de los actuales ministros y en carabineros pareciera que vuelven a actuar como antaño.
No se puede decir que es normal enfrentar así a las organizaciones sociales, carabineros los dirige el ministerio del Interior y lo ejecuta la intendencia, es importante que la presidenta sea una líder presente y no ausente como hasta ahora.
Sra. Presidenta, ¿quiere que su gobierno sea recordado como el gobierno que mantuvo la Huelga de Hambre mas larga de la historia de Chile? , ¿Qué Ud. fue parte de la peor represión contra las comunidades Mapuches, casi al nivel de Pinochet?
Sra. Presidenta, le recomiendo que Ud. tanto como a su gobierno se hagan ver con un psicólogo para que les traten el Síndrome de Estocolmo del cual ustedes, sin duda, padecen.
1 comentarios:
Ponerle lo del "sindrome de estocolmo" parece una bonita manera tal vez para excusar, tal vez para disculpar al gobierno de que no son los primeros ni los unicos que pierden el rumbo y se dan vuelta la chaqueta, que confunden al enemigo y se obstinan en defender su imagen antes que abordar el problema de fondo.
No se puede seguir manteniendo tanta consideración ni bajo perfil con una administración que ha defraudado las expectativas y roto la primera de sus funciones, proteger la vida de todos los chilenos.
Pareciera que, para muchos, matar un mapuche no es matar un chileno, y quieramoslo o no, un mapuche es chileno de alguna manera, le guste o no al pueblo originario o al resto que llegó después, eso es lo que no está resuelto todavia pero que tiene que ser ya, antes que mueran más jóvenes, hombres y mujeres que no tienen ninguna posibilidad de responder a la brutalidad de las "fuerzas de orden" del gobierno.
Es tiempo de acusar y buscar justicia, si no la hay aqui, que sea afuera, y que quede en evidencia la traición de quienes fueron victimas y ahora son victimarios.
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