Por: Mauricio Muñoz
Desde hace algunos días se encuentra en casi todos los canales de televisión chilenos una propaganda de Celulosa Arauco tratando de limpiar su imagen frente a la sociedad chilena, y ante eso seria bueno un recordatorio a los lectores como para no olvidar.
Según detalla una investigación del periodista Hector Kol, el origen de la fortuna de Angelini (desde 1990 la revista Forbes lo ha designado como uno de los billonarios del continente) se originó en la adquisición de empresas del estado a precios de saqueo, cuyas ventas inició la dictadura militar (1973-1989). Fue con el proceso de privatizaciones de empresas del Estado que Angelini inició la construcción de su actual imperio. En noviembre de 1985 adquirió el 14% de las acciones que el Estado conservaba de COPEC, adquiriendo un año más tarde las acciones restantes bajo control del grupo Cruzat-Larraín. De esa manera, bajo el control del empresario quedó la distribuidora de combustibles, Celulosa Arauco y Constitución (CELCO) y Forestal Arauco, que también habían sido propiedad del Estado hasta 1979.
Anacleto Angelini no solo logró acumular en vida miles de millones de dólares. También más de un millón de hectáreas de tierras reclamadas por comunidades mapuche en la zona sur de Chile, llegando a ser tildado por organizaciones indígenas como el "principal usurpador" de su territorio ancestral. Su actual imperio forestal - que es administrado por el holding Arauco- fue posible gracias al Decreto Ley 701, promulgado el año 1974 por la dictadura militar de Pinochet y que subsidió con recursos y tierras el arribo de la industria forestal a las regiones del sur. Angelini controlaba personalmente Arauco, el principal holding forestal del país y de Latinoamérica en términos de superficie y rendimiento de sus plantaciones, fabricación de celulosa kraft de mercado y producción de madera aserrada y paneles.
Arauco, a través de la empresa Bosques Arauco encargada de sus plantaciones, ha sido protagonista en los últimos años de numerosos conflictos territoriales. Arauco es propietaria hoy de la mayor superficie de plantaciones forestales del país, con un patrimonio de 632 mil hectáreas, en su mayor parte de pino radiata, plantado en tiempos de la dictadura en tierras que la reforma agraria había entregado a campesinos Mapuche y que el régimen militar "donó" más tarde a los industriales de la madera. Desde el año 1999, dichos reclamos han desembocado en la persecución y posterior encarcelamiento de medio centenar de dirigentes tradicionales y comuneros, toda vez que el gobierno chileno y la justicia han calificado sus reivindicaciones como acciones "terroristas", medida cuestionada por organismos de derechos humanos.
Solo como dato podemos dar el ejemplo del Territorio Huape Antiquina con una superficie aproximada de 21.000 ha, en donde conviven 8 comunidades Mapuche, las cuales ocupan entre todas la humilde suma de 3.000 ha y en donde solo Forestal Bosques Arauco ocupa mas de 2.000 ha., también en ese territorio se encuentran Forestal Mininco, Volterra y Tierra Chilena, que en total todas juntas ocupan casi 6.000 ha, el doble de lo que ocupan las 8 comunidades juntas.
En los últimos años, uno de los puntales de la expansión del negocio forestal de Angelini fue la apertura de la planta CELCO, ubicada en Valdivia. Se trata de una de las industrias más grandes del mundo, con una producción de 700 mil toneladas de celulosa kraft al año. Un negocio que ha dejado grabes "daños colaterales", debido principalmente a los elevados índices de contaminación ambiental que genera en su entorno. Entre los afectados por CELCO en Valdivia se encuentran pequeños productores agrícolas y frutícolas Mapuche de los sectores de Tralcao y Raluya, aledaños a la Planta. Y el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, un lugar protegido por la Convención Internacional de Ramsar y que fue gravemente contaminado al depositar allí CELCO sus residuos industriales.
Inicialmente, los desechos de la Planta Valdivia se depositarían directamente en el mar, en la bahía de Mehuín. Pero comunidades lafkenches y sindicatos de pescadores artesanales se opusieron tenazmente y, luego de varios estudios, la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) aprobó un tratamiento en el río Cruces, que desemboca en el Santuario. Si bien la comunidad se opuso a la construcción del complejo industrial, el apoyo de las autoridades fue absoluto hacia el empresario, especulando que daría empleo a más de 4 mil personas. Tras la contaminación del río Cruces, CELCO ha retomado la idea de lanzar sus residuos al mar, lo que mantiene en alerta a Mapuche y pescadores del litoral sur del país.
Fuera de la Planta Valdivia, el grupo Angelini se encuentra levantando la Planta Nueva Aldea, de 900 mil toneladas anuales y situada en la costa del rio Itata en la Región del Bio Bio. También está en la última etapa de evaluación ambiental una nueva planta de CMPC de 780 mil toneladas junto a la actual Celulosa del Pacífico. En conjunto, estas tres nuevas fábricas van a sumar casi 1,6 millones de toneladas de celulosa a los 3 millones actuales, transformando al grupo que encabezaba el fallecido empresario en líder mundial indiscutido del negocio. Actualmente, el grupo controla la mayor base forestal en América del Sur, a través de Bosques Arauco y Alto Paraná, esta última la mayor empresa forestal de Argentina. Alto Paraná fue creada en 1976 y adquirida en diciembre de 1996 por Arauco. Se localiza en la Provincia de Misiones y actualmente cuenta con un patrimonio de 233.700 hectáreas.
A pesar de su tremendo poder y de los índices de crecimiento y ganancia que señala Bosques Arauco en su propaganda para limpiar su imagen, contrastan de manera escandalosa con los índices de pobreza de la Región y específicamente de la provincia de Arauco, de cesantía, de precariedad laboral, de deterioro ambiental y de la ocupación de tierras y territorios Mapuche.
Las ultimas movilizaciones de los trabajadores forestales por mejoras económicas y laborales, es el mejor reflejo del contraste social que se vive, ante esta situación las organizaciones sociales Mapuche no quedan indiferentes, el bajo sueldo que un obrero percibe deja al descubierto que la fortuna de Angelini se construye con esa explotación inhumana.
Según señala el economista Marcel Claude, el desarrollo de la industria forestal, no ha implicado mejoramiento local ni regional ni menos aún nacional. Esto no le ha impedido desplegar campañas de mercado con el fin de legitimar su posición de poder en el país, mediante la promoción de la industria como una actividad sustentable y socialmente responsable. Para Claude, estas campañas sólo apuntan a ocultar los severos daños que la industria ocasiona sobre el suelo, debido a la aceleración de la erosión que inducen la tala de bosques y la pérdida de nutrientes, así como la compactación de suelos provocada por el tránsito de maquinaria pesada y camiones.
Revela que la celulosa, no sólo produce pulpa para papel, sino también residuos industriales líquidos, tales como los sólidos en suspensión, las sustancias orgánicas y los compuestos órganoclorados responsables de las temidas dioxinas, todos los cuales contaminan las cuencas hidrográficas desde donde se ubican estas plantas hasta su destino final el mar, afectando así toda la cadena alimentaria.
¿Tendremos que seguir tragándonos esos comerciales en la televisión o cambiar de canal cada vez que salgan?
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