Por: Mauricio Muñoz Díaz
No está resultando fácil la marcha de nuestra sociedad. Día a día vamos comprobando que todo ses va traduciendo en: “Debo escalar posiciones”, “Debo tener más poder”, “Debo ganar más dinero”. Pero nadie pregunta: ¿Cuál es la manera correcta para alcanzar estos logros? Hoy en día todo vale para alcanzar lo que pueden ser muy legítimas aspiraciones.
Lamentablemente el vivir en sociedad nos mantiene insertos en las actuaciones de todos los actores sociales y vamos s
Lamentablemente el vivir en sociedad nos mantiene insertos en las actuaciones de todos los actores sociales y vamos s
iendo testigos de sus actuares, pero siempre destacamos el logro y no averiguamos como se llegó a el. Y si lo sabemos, no nos preocupa mucho cuan ético ha sido el recorrido necesario para llegar.
La crisis mundial permite cualquier cosa. Desde encontrarnos con estafas de cifras monumentales de cientos de miles de millones de dólares, como la ocurrida en EE.UU., hasta el despido de trabajadores para evitar supuestas bajas en las utilidades de las grandes empresas en Chile. Total la crisis todo lo aguanta.
Le echamos la culpa de todo a la crisis pero sin embargo no encontramos una explicación loable de ella, al menos mientras no se establezca ¿Dónde fue a parar el dinero del mundo?
El sistema neoliberal - capitalista ha caído estrepitosamente, que duda cabe de eso, y aun el candidato Piñera es en estos momentos su máximo exponente, asegurando que le fue imposible saber las decisiones de los ejecutivos de las cadenas de farmacias, pero ese no es finalmente el único punto, aunque por supuesto es muy importante, el punto es que aumento considerablemente su cuenta corriente personal por la suculenta rentabilidad que ocasionaron la colusión de estas farmacias de manera tan antiética. Esto podría haberse evitado con un Estado más fuerte, fiscalizador y sobre todo regulador.
Es como el reducidor que compra un producto extremadamente barato, aunque sabe y no le interesa que ese producto sea robado.
Este señor es legítimo dueño de acciones de muchas y variadas Sociedades Anónimas pero su habilidad especulativa le ha llevado a tener una muy suculenta situación económica que llega, incluso, a su figuración en el listado de las mayores fortunas del mundo (según revista Forbes).
Este es otro síntoma del corrupto y desmedido deseo de poder económico y político del candidato de la derecha, pero no es su culpa, él solo aprovecha los espacios legales que le confiere su tan protegido sistema económico. No seguiremos entrando en detalles sobre lo maquiavélico del sistema, pues los medios día a día nos entregan más y más información de las cadenas de estafas y engaños que dominaban la economía mundial.
Pero que ha hecho el sistema neoliberal cuando ha entrado en crisis. Pues correr a solicitar el amparo y protección de los Gobiernos para que los socorra, los salve y les permita continuar usufructuando de sus negociados sin control. Ellos que siempre han considerado que los Gobiernos son pésimos administradores, ineficientes, hoy solicitan dinero fresco y nuevas ventajas tributarias y laborales. Con estupor hemos visto como en Chile, ese Gobierno tan “ineficiente y mal administrador” ha abierto su resguardada billetera y ha entregado miles y miles de millones de dólares a los bancos, a la industria salmonera, etc, para que sigan operando. Les ha dicho que deben evitar la cesantía, facilitar créditos con bajos intereses y oportunos.
Todo esto nos debiera hacer pensar si es correcto que votemos por candidatos que se benefician inmoralmente de la desgracia ajena.
Creo que debemos dar espacio al creciente progresismo que aflora en Chile, y empezar a sepultar definitivamente a este inmoral sistema económico y social llamado neoliberalismo.
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La crisis mundial permite cualquier cosa. Desde encontrarnos con estafas de cifras monumentales de cientos de miles de millones de dólares, como la ocurrida en EE.UU., hasta el despido de trabajadores para evitar supuestas bajas en las utilidades de las grandes empresas en Chile. Total la crisis todo lo aguanta.
Le echamos la culpa de todo a la crisis pero sin embargo no encontramos una explicación loable de ella, al menos mientras no se establezca ¿Dónde fue a parar el dinero del mundo?
El sistema neoliberal - capitalista ha caído estrepitosamente, que duda cabe de eso, y aun el candidato Piñera es en estos momentos su máximo exponente, asegurando que le fue imposible saber las decisiones de los ejecutivos de las cadenas de farmacias, pero ese no es finalmente el único punto, aunque por supuesto es muy importante, el punto es que aumento considerablemente su cuenta corriente personal por la suculenta rentabilidad que ocasionaron la colusión de estas farmacias de manera tan antiética. Esto podría haberse evitado con un Estado más fuerte, fiscalizador y sobre todo regulador.
Es como el reducidor que compra un producto extremadamente barato, aunque sabe y no le interesa que ese producto sea robado.
Este señor es legítimo dueño de acciones de muchas y variadas Sociedades Anónimas pero su habilidad especulativa le ha llevado a tener una muy suculenta situación económica que llega, incluso, a su figuración en el listado de las mayores fortunas del mundo (según revista Forbes).
Este es otro síntoma del corrupto y desmedido deseo de poder económico y político del candidato de la derecha, pero no es su culpa, él solo aprovecha los espacios legales que le confiere su tan protegido sistema económico. No seguiremos entrando en detalles sobre lo maquiavélico del sistema, pues los medios día a día nos entregan más y más información de las cadenas de estafas y engaños que dominaban la economía mundial.
Pero que ha hecho el sistema neoliberal cuando ha entrado en crisis. Pues correr a solicitar el amparo y protección de los Gobiernos para que los socorra, los salve y les permita continuar usufructuando de sus negociados sin control. Ellos que siempre han considerado que los Gobiernos son pésimos administradores, ineficientes, hoy solicitan dinero fresco y nuevas ventajas tributarias y laborales. Con estupor hemos visto como en Chile, ese Gobierno tan “ineficiente y mal administrador” ha abierto su resguardada billetera y ha entregado miles y miles de millones de dólares a los bancos, a la industria salmonera, etc, para que sigan operando. Les ha dicho que deben evitar la cesantía, facilitar créditos con bajos intereses y oportunos.
Todo esto nos debiera hacer pensar si es correcto que votemos por candidatos que se benefician inmoralmente de la desgracia ajena.
Creo que debemos dar espacio al creciente progresismo que aflora en Chile, y empezar a sepultar definitivamente a este inmoral sistema económico y social llamado neoliberalismo.
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