Al contrastar por un lado el anuncio, por parte del gobierno, de la reducción de la pobreza según los resultados de la encuesta Casen de un 18% a un 13% y ver, por otro lado, los magros resultados estadísticos de la Provincia de Arauco; se habla de un 40% de pobreza; quisiera poder comentar lo siguiente:
Los especialistas en esta materia siempre hacen un gran esfuerzo por mantener desinformada a la ciudadanía, Esto puesto que son muchas las inconsistencias y abusos que se cometen en esta materia, lo cual sería muy difícil de sostener con una ciudadanía informada respecto a qué es lo que realmente está pasando con la economía.
Los especialistas en esta materia siempre hacen un gran esfuerzo por mantener desinformada a la ciudadanía, Esto puesto que son muchas las inconsistencias y abusos que se cometen en esta materia, lo cual sería muy difícil de sostener con una ciudadanía informada respecto a qué es lo que realmente está pasando con la economía.
Un ejemplo muy típico de esta confusión entre el sentir ciudadano y la opinión de los expertos, es el famoso indicador del ingreso per cápita. Mientras la mayoría de los chilenos viven experiencias desoladoras y angustiosas con sus precarios ingresos, los especialistas hacen alardes con un Chile que tiene uno de los ingresos per cápita, es decir, por persona, más altos de América Latina. Obviamente a nadie le explican que este indicador se construye tomando todo el ingreso del país y lo dividen por el número de chilenos vivos. Sin embargo, eso no quiere decir que cada chileno cuente con ese ingreso, puesto que la enorme desigualdad que existe en nuestro país hace que más del 80% de chilenos nunca haya recibido ese dinero.
Otro lujo que se permiten los especialistas en economía es con la famosa tasa de cesantía. Esta sube y baja al ritmo de las compras navideñas, los períodos de cosecha o algún otro evento especial que haga subir los puestos de trabajo esporádicos y mal remunerados. Lo cierto es que la calamidad del desempleo afecta normalmente a 600 mil chilenos y este número ha ido sistemáticamente creciendo en las últimas décadas.
Y qué decir de la famosa tasa de crecimiento económico del país, pero nadie dice que son los grandes grupos económicos y las corporaciones multinacionales las que hacen esa tasa de crecimiento económico, puesto que, al final del día el famoso crecimiento económico de Chile no es otra cosa que el crecimiento de las grandes fortunas que tenemos en nuestras fronteras.
Por otro lado es prácticamente una burla el método usado por los “pobretologos” para contar a los pobres. Como se sabe, se considera pobre a una persona que perciba menos de $ 47.099 mensuales en las zonas urbanas y $ 31.756 en zonas rurales, mientras que la línea de indigencia urbana es de $ 23.549 y la rural es de $ 18.146. Esto quiere decir que si una persona dispone mensualmente de $ 47.500 pesos mensuales, pues que sea feliz ya que no es pobre.
Entonces lo mejor es contratar a un especialista en pobreza (pobretologo) que sepa muy bien como justificar teóricamente una línea de pobreza tan ridículamente baja que no quede nadie abajo o el menor numero posible. A pesar de eso, no deja de ser sorprendente que todavía haya pobres en Chile. Para mi, esto indica solo el fracaso del modelo económico y de las políticas publicas para reducir la pobreza.Por suerte para todos, Felipe Larrain, director de la Fundación Para la Pobreza, en articulo publicado por el Mercurio en cuerpo B de Economía y Negocios, el domingo recién pasado, ya da cuenta del error en el calculo de la canasta familiar, y según sus nuevos cálculos la pobreza no debería ser menor al 26,7%, aunque la verdad yo creo que es mucho mas, si no, que alguien se de una vuelta por la provincia de Arauco.
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